En esta ocasión, los empresarios han contratado detectives en cada provincia que están adquiriendo entradas de las fiestas bajo sospecha para posteriormente presentar los tickets como prueba en las posteriores denuncias. Según informó ayer el presidente de la federación, Samuel Pousada Soaje, en Vigo se calcula que hay alrededor de unas 200 fiestas ilegales, y en seis ya se están recabando pruebas. Concretamente en Bouzas, Teis y el centro de Vigo.
Lo principal novedad percibida de las fiestas clandestinas que se han preparado para este año radica en que alrededor de un 15% se llevan a cabo en locales sin acondicionar, casas privadas, bajos o naves, lo que para Pousada son “bombas de relojería” por el riesgo que suponen. En la ciudad, se calcula que de este tipo hay organizadas alrededor de una veintena, con un problema añadido, “en la mayoría de los casos, están organizadas por menores”, explica el presidente de la federación quien asegura que “hemos descubierto además que se están alquilando establecimiento a grupos para supuestamente fiestas privadas pero no sabemos si hay contrato, qué tipo de contrato es y si se están vendiendo entradas”.
Cada año, la Federación de Empresarios de Salas de Fiesta, Bailes y Discotecas de Galicia tramitan las denuncias pertinentes contra este tipo de eventos. Pousada asegura que desde que han puesto en marcha sus campañas, “las fiestas ilegales se han reducido en tres cuartas partes”, si bien asegura que “aunque ha habido sanciones ejemplares de hasta 8.000 euros, por lo general éstas consideramos que han sido bastante tibias y el problema es el día en el que pase algo”.
Para los empresarios el principal problema es la falta de control de este tipo de fiestas. “Algunas no tienen licencia, ni autorización, ni por supuesto las medidas de seguridad ni control pertinentes, ni seguro obligatorio, con lo que en caso de accidente, la responsabilidad también va directamente al Concello”.
Para evitar estas situaciones, cada año, los empresarios se ponen en contacto con los ayuntamientos para exigir un plan policial. “Es la única forma de prevenir. De nada sirve que esa noche vigilen o hagan controles porque la labor debe ser anterior, de investigación, para evitar que ciertas fiestas, sin ningún tipo de garantía lleguen a celebrarse”.
Respecto a cómo puede saber una persona que ha elegido una fiesta adecuada, Pousada asegura que “normalmente si se trata de un local que abre todo el año y que es conocido, lo normal es que no haya ningún tipo de problemas. A veces es mejor pagar 10 euros más y no arriesgarse a que ocurra cualquier cosa”.
Fuente: Diario Atlántico